A veces juzgamos a las personas sin saber por qué se comportan de algún modo, pero nunca
nos tomamos la molestia de preguntar que los hace infelices o “raros”, y somos incapaces de
descubrir que detrás de una lágrima puede esconderse una bella sonrisa, y que si pulimos la
piedra, encontraremos un gran diamante. Somos tan ignorantes que no podemos tomarnos el
tiempo de descubrir que detrás de una persona mal humorada se encuentra una gran persona,
inteligente y agradable, pero estamos bloqueados por lo que dice la sociedad.
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